Explorando en moto La Loma de Blanco, Bonao

Normalmente en Semana Santa me quedo tranquilo en la casa, pues no me gusta salir a donde hay amontonamientos de personas.

Presa de Blanco

Presa de Blanco

Al inicio, había planificado en mi mente otra ruta y salir el jueves 1ero, sin embargo, se me fueron las ganas y justo esa noche, hablando con Juan, decidimos salir al día siguiente. Entonces, en lugar de quedarme, pensamos opciones de lugares que posiblemente no tengan tantos visitantes y así fue.
Elegimos ir a la Loma de Blanco de Bonao, pues hay muchos balnearios, presas e hidroeléctricas unas cerca de otras. Al mismo tiempo se encuentra a unos 100kms de la ciudad, por lo que se llega en poco tiempo.

Se llega desde la Autopista Duarte, como siempre, yendo a velocidades de 100kms/hr. Hasta aquí nada fuera de lo normal. Al adentrarnos a las montañas, ya se ve el camino en la Salvia, en la cual se unen los árboles de ambos lados de la calle y se hace un arco.

Luego curvas muy agradables para manejar en moto y uno empieza a subir.

Llevamos nuestras casas de campaña, sleeping bags, preparados para dormir en cualquier lugar. Teníamos unos amigos en una casa que fueron a pasar el fin de semana cerca de la Presa de Blanco, donde fuimos a visitarlos y nos invitaron a pasar la noche.

Antes de llegar a la finca, pasamos por la Presa de Blanco, nos dimos un rico baño (donde el agua estaba muy fría) y exploramos un poco la zona. 

Al llegar a la finca, nos recibió Andy, con un rico Sancocho. Otro chapuzón en la piscina y a descargar los equipos.

Ya en el atardecer, decidimos ir a “El Botao” en las jeepetas 4x4. El cual es un balneario que es muy bonito, donde prácticamente no va nadie y lejos de todo. Llegamos a 1000 metros de altura.

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Ya en la noche se puso frío y conversamos e hicimos cuentos hasta irnos a dormir.

Al otro día me levanté a las 6:33am, donde pude conseguir tomas con el drone del amanecer.

 Conocimos la Hidroeléctica de Pinalito, la Presa de Tireo, otro balneario del Río Blanco, pasamos por el Complejo Ecoturístico Río Blanco, donde nos brindaron un café y pude comprar 1 libra del café local, ya que estoy probando todos los cafés de las zonas que visitamos.


Ya en la tarde, salimos en dirección a Santo Domingo, para evitar el tránsito del regreso masivo del día siguiente.
Una experiencia bien compacta con mucha aventura, compartiendo con gente agradable y servicial.

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